Saliendo de Bariloche o de Puerto Montt, la excursión es imperdible y lo mejor es que se puede realizar en cualquier época del año. Con este paseo recorrimos una de las reservas ecológicas más importantes de Sudamérica.

Desde el lado argentino, el punto de partida de la excursión es Puerto Frías, el cual se encuentra en uno de los extremos del lago del mismo nombre. En ese lugar se realizan los trámites aduaneros para cruzar al país vecino. El paisaje empieza ya a tornarse exuberante, característico de la selva valdiviana. Este ambiente, muy parecido al subtropical, posee un alto régimen de lluvias (3.500 milímetros anuales), que facilita el desarrollo de grandes formaciones arbóreas de alerces, ciprés de las guaitecas, roble pellín y canelos, entre otras especies.

Después de navegar cerca de 4 kilómetros, llegamos hasta la frontera a través del paso Pérez Rosales. La primera localidad chilena que se divisa es Peulla, a 28 kilómetros de este paso.

El camino se abre entre la frondosa vegetación, siempre verde y con vistosas flores silvestres. Peulla es una pequeña población de poco más de 800 habitantes que, además de contar con un destacamento aduanero, brinda servicios de hotelería y restaurante.

Muy cerca de esta localidad se encuentra el puerto de Peulla, en el que se retoma el circuito lacustre, en esta ocasión con rumbo al lago de Todos los Santos o Lago Esmeralda.

Una tranquila navegación de 2 horas acerca otro paisaje admirable. Este sector, que posee una singular pureza ecológica, se destaca por su profusa vegetación, la tonalidad verde esmeralda de sus aguas y la presencia del volcán Puntiagudo, de 2.493 metros de altura, con su cima nevada. Al final del recorrido se puede divisar también el volcán Osorno, de 2.652 metros.

Petrohué es el puerto de arribo de la excursión, donde se sitúa la sede administrativa del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y se sale para recorrer los saltos del río Petrohué. Este caudaloso río posee una gran pendiente que origina siete saltos de agua antes de desembocar en el lago Todos Los Santos.

La región estuvo cubierta, hace miles de años, por glaciares, los cuales dejaron su marca en los altos paredones cercanos al río.

A pocos kilómetros de los saltos de Petrohué, se encuentra Ensenada, una pequeña localidad que se recuesta sobre los faldeos del volcán Osorno y ofrece cabañas, gastronomía y distintas actividades deportivas. Si continuamos el recorrido por el camino asfaltado, se puede acceder al lago Llanquihuey y, 64 kilómetros más adelante, a Puerto Varas y luego a Puerto Montt.

Las playas rodeadas de olivillos, ulmos y tiacas completan la hermosa vista panorámica del otro lado de la cordillera.